martes, enero 10, 2006

Dedos largos

Uño tiene los dedo largos como las vías de un tren. Está en el quiosco y no deja de mirar el recipiente apoyado sobre el mostrador donde están los caramelos. Mientras el quiosquero está distraído mirando para otro lado, muy cuidadosamente empieza a estirar sus dedos hasta lograr atrapar unos cuantos caramelos. Los mete en su bolsillo haciéndose el distraído. Ansiosísimo por comerlos, sale del lugar y saca uno de sus tan preciados tesoros conseguidos, pero de pronto se topa con su mayor dificultad, sus dedos son tan largos que no puede desenroscar el envoltorio. Intenta hacerlo con una mano pero no puede, se ayuda mordiéndolo de un lado pero sus dedos son tan largos que no puede sujetarlo. Uño está tan desesperado que comienza a comer los caramelos envueltos con su papel brillante y todo. Por la noche antes de acostarse, empieza a sentirse muy mal, la panza se le volvió una piedra dura. Después de aquella noche no quiso comer más caramelos y mucho menos tomarlos sin permiso del recipiente apoyado en el mostrador del quiosco.

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