lunes, febrero 06, 2006

Pinchada rebelde

El tenedor rebelde no quería pinchar, de un día para el otro quiso dejar de trabajar. Soltaba cada bocado cuando lo empezaba a levantar. Al ponerlo en la mesa comenzaba a rezongar, el cuchillo y la cuchara ya no lo querían escuchar. Se ponía tan molesto que lo empezaron a apartar.Nadie en la casa lo quería usar, como ya no hacía lo que debía al fondo del cajón fue a parar. Así quedó olvidado en aquel lugar, un rincón tan feo y sucio que ni la luz quería entrar.Un corcho viejo de vez en cuando le quería conversar, pero el tenedor rebelde ni le quería contestar. Después de un largo tiempo y cansado de esperar, entendió que por desobediente lo debieron castigar. Se hizo amigo del corcho y lo comenzó a escuchar, aprendió de sus consejos que lo hicieron cambiar. Un día lo confundieron y lo volvieron a usar, tenedor arrepentido había vuelto a pinchar. Lo hacía tan bien que todos lo querían usar y así vivió feliz sin pinchar la rebeldía nunca más.

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